Inteligencia emocional para niños y adolescentes: habilidades para la vida
El desarrollo de herramientas de comunicación interpersonal, autocontrol emocional, autoconocimiento, asertividad, gestión del tiempo, entre otras, es esencial a la hora de desenvolverse en la vida. Estas herramientas pueden adquirirse con el adecuado entrenamiento.
En el mundo empresarial, el entrenamiento en estas competencias se muestra como aquello que marca la diferencia para acceder a determinados puestos de trabajo. De hecho, son herramientas imprescindibles para casi cualquier puesto.
Dichas herramientas, que se engloban en lo que denominamos Inteligencia Emocional, no sólo abren las puertas en el terreno profesional, sino que nos facilitan las relaciones interpersonales, mejoran nuestra autoestima y nos ayudan para la consecución de nuestros objetivos vitales, nos acercan a ser un poco más felices.
Por ello, están cobrando cada vez más importancia en el ámbito educativo. En algunos programas de centros públicos, concertados y privados, se están incluyendo charlas, actividades extraescolares o proyectos de intervención para incidir en los aspectos socio-emocionales de niños y adolescentes. Estas intervenciones desgraciadamente no están lo suficientemente extendidas.
A lo largo del desarrollo de los niños y en la adolescencia, se está fraguando la personalidad y la base de las capacidades básicas a nivel de gestión y manejo de las emociones y desarrollo de las habilidades sociales. Es por tanto, un momento importante para trabajar la Inteligencia Emocional. Comunicarse asertivamente, controlar las emociones y expresarlas adecuadamente, vencer el miedo a hablar en público, gestionar su tiempo y desarrollar autodisciplina y automotivación, aprender a relacionarse con iguales y mayores, conocerse y aprender a tomar decisiones adecuadas en relación a su edad…, son habilidades importantes en la vida de los niños a cualquier edad.
Para que estas intervenciones sean efectivas deben prolongarse en el tiempo (no pueden ser meras intervenciones puntuales), tener un carácter lúdico y participativo y ser eminentemente prácticas, adaptadas a las diferentes edades y las distintas realidades de los menores. Una sesión de entrenamiento en habilidades es básicamente vivencial, donde a través de juegos, dinámicas de grupo, dinámicas de expresión, dramatizaciones, y ejercicios muy prácticos, se enseñan y practican las diferentes habilidades.
Las sesiones se desarrollan, habitualmente, en formato grupal aunque también, se pueden enseñar algunas herramientas de manera individualizada. Se recomienda para niños de todas las edades aunque el entrenamiento será muy diferente según el rango de edad.
Además de ser en sí mismas provechosas para potenciar los recursos personales de los menores y solventar limitaciones u obstáculos, estás intervenciones, se han demostrado eficaces para prevenir conductas de riesgo como drogodependencias, trastornos de la alimentación, víctimas o agresores en procesos de bullying, etc. Además, se asocia con un mejor rendimiento escolar y menor propensión a padecer trastornos como ansiedad o depresión.
Hay diversas maneras de acceder a estos programas. Los ayuntamientos o comunidades autónomas los contemplan, a veces, dentro de los proyectos de algunos centros, se solicitan a través del AMPA de los colegios o la propia junta directiva del centro son quienes los organizan. Hay cierta oferta en centros de psicología o psicopedagogía, como Crece.
Los propios padres y educadores pueden enseñar a sus hijos o alumnos con la formación y entrenamiento adecuados en estas valiosas herramientas para la vida.
Psicóloga y coach
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Gracias Raquel por abordar este tema que tanto nos preocupa a padres y madres de adolescentes. todos los colegios deberían enseñar a nuestros hijos este tipo de herramientas, no ya para el futuro sino para mejorar su día a día, que a veces es difícil, muy difícil.
Este articulo debería estar a la orden del día, ya que estas herramientas, las deberían de enseñar en todos los colegios desde edades tempranas, de esta forma, mejorarán el futuro de los niños y llevarán el día de mejor manera.
Aquí hay algunas sugerencias para estimular la inteligencia emocional en niños:
Enseñar el lenguaje emocional: Ayudar a los niños a identificar y nombrar sus propios sentimientos y los de los demás es un paso importante para desarrollar la inteligencia emocional.
Practicar la empatía: Fomentar la empatía en los niños al enseñarles a ponerse en el lugar de los demás y a comprender sus sentimientos.
Fomentar la regulación emocional: Ayudar a los niños a comprender cómo manejar sus emociones de manera efectiva, por ejemplo, a través de técnicas de respiración o meditación.
Fomentar la resolución de conflictos: Enseñar a los niños a resolver conflictos de manera pacífica y efectiva, trabajando en la comunicación y la empatía.
Fomentar la autoconciencia: Ayudar a los niños a comprender sus propios sentimientos, pensamientos y comportamientos y cómo estos están interrelacionados.
Aprender a través del juego y la exploración: Permitir a los niños explorar y experimentar con sus emociones a través del juego y la actividad física.
Estas son solo algunas sugerencias, y es importante recordar que cada niño es único y puede requerir enfoques individuales. En general, es importante ser un buen modelo y fomentar un ambiente positivo y seguro en el hogar y la escuela para ayudar a los niños a desarrollar su inteligencia emocional.
Zero psicólogos, sí efectivamente, así solemos trabajar con los niños y niñas, en nuestro caso usando el juego teatral. Gracias por compartir.