Parece en nuestro país, hay mejores líderes deportivos que políticos, sin duda. En los últimos días estamos asistiendo a un ejemplo de buen liderazgo y de espíritu de equipo, promovido por el Atlético de Madrid y su entrenador “El Cholo Simeone», en un contexto en el que lo económico te hace estar en primera fila y si no es así no puedes ser nadie.

El carisma y la capacidad de comunicación, la humildad y el reconocimiento de los errores propios reconociendo los logros de los rivales, el respeto y la valoración por cada miembro del equipo, la cohesión y la unión capaz de generar, fortaleciendo los vínculos internos, la cooperación como herramienta clave, pensar en el bien del equipo por encima de todo, la persuasión frente a la imposición, la franqueza, el equilibrio del ego individual en aras del objetivo común, la exigencia para sacar lo mejor del otro sin la presión o la explotación, la capacidad de motivar en situaciones adversas y mantener la alegría y la autoestima altas, son las claves del auténtico líder.

Las personas necesitamos este tipo de líderes para conseguir crecer en la vida y mover el mundo, mover los equipos deportivos, mover las empresas, mover el país y movernos a nosotros mismos.

Los buenos líderes son auténticos y se muestran tal cual son, además son personas éticas y con habilidades para gestionar las emociones y mantener templanza y calma en las situaciones adversas, y prudencia en las épocas de bonanza.

El crecimiento personal es muy limitado con un liderazgo autoritario y negligente que es el que nos inunda por todos lados.

Y no es cierto que no existan personas capaces de ejercer este liderazgo, están ahí, pero quizá no han tenido la oportunidad de salir a la superficie. La presión de los poderosos es muy grande. Los árboles no nos dejan ver el bosque.

 

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece