Ya llega mi cumpleaños… ¡¡¡Horror!!!
¿Eres de esas personas que sufren el día de su cumpleaños?
No te preocupes, no eres la única…
En su origen, la celebración del cumpleaños tenía una connotación muy positiva, pues las costumbres de felicitar, dar regalos y hacer una fiesta —con las velas encendidas que la completan— tenían el propósito de proteger de los demonios al que celebraba su cumpleaños, y de garantizar su seguridad durante el año entrante.
Quitando este simbolismo más “ pagano”, podemos decir que celebrar un cumpleaños es festejar la alegría de estar viva, de existir desde hace un número determinado de años, y de continuar en el camino. Esto es más fácil de ver cuando celebramos los cumpleaños de los niños…celebramos la alegría de que estén entre nosotros y hayan entrado a forma parte de nuestra vida desde hace X años.
Para muchas personas es difícil quedarse con lo bueno del cumpleaños y sólo contemplan la otra cara de la moneda. La cara más oscura del cumpleaños nos dice que estamos un año más cerca del fin, de la vejez y el deterioro físico. Quizás también nos hable de soledad, de sueños incumplidos, y sobretodo, la gente que no disfruta de su cumpleaños, es la que observa sólo lo que le falta en su vida, lo que no ha conseguido, lo que le han quitado o ha perdido. En resumen, es un recordatorio de la fugacidad de la vida y su finitud.
Si eres de estas últimas personas, no puedo convencerte de lo contrario. Al fin y al cabo la otra cara de la moneda es tan real como la positiva. No puedo decirte que no la veas.
Sólo puedo intentar convencerte de que por una vez al año, solamente una vez, mires por el agujerito de la cara positiva. Y digo una vez al año, porque estoy casi al 100% segura, de que el resto de los 364 días en que no hay celebración de tus años, la sombra de todo aquello que se te hace más consciente en tu cumpleaños, te persigue. Si no de una forma muy viva, como una musiquilla de fondo , que en algún momento pasa a primer plano y te recuerda que el final está cerca.
Dejando el drama de lado, no quiero darte un número de consejos o recomendaciones de por qué debes vivir ese día feliz.
Me gustaría proponerte un ejercicio. Sólo va a ser un día de tu vida, no es mucho esfuerzo, ¿no?
El día de tu cumple, nada más levantarte por la mañana, aunque la tristeza, o cualquier sentimiento amargo se despierten contigo, hazte la siguiente pregunta:
“¿Qué puedo hacer hoy “ como si” fuera una persona que disfruta de su cumpleaños?”
O ¿ Qué haría de diferente si hoy estuviera bien y quisiera disfrutar de mi cumpleaños?
Haz una lista de cosas que se te ocurran y escoge algunas, las que menor esfuerzo te supongan o las que más te llamen la atención.
Si te das cuenta, sólo te sugiero que te pongas durante un día en el papel de alguien que vive su cumpleaños como un día especial, diferente e incluso divertido.
Déjate llevar por este nuevo papel de forma puntual y …
El adjetivo lo pones tú: