Si, siempre y cuando el WhatsApp  sirva como elemento o herramienta que complementa el contacto, trabajo y desarrollo personal. No es a través del WhatsApp que se hace la terapia ni la toma de conciencia, sino que es un puente, que al complementarse con otras técnicas, facilita y permite conectar con la información y trasladarla desde el mundo interior al exterior y viceversa, tomando conciencia de las consecuencias y reacciones (causa-efecto) de “lo que he dicho o hecho”. En inglés, what’s up, significa ¿qué pasa?, y es un modo de saber cómo está el otro, de saludarle. Es un intento por entrar en el mundo del otro y es por esta razón que se pude comprender que dicha aplicación de móvil hace un juego de palabras con esta pregunta.

En las sesiones terapéuticas el WhatsApp puede ayudar a contactar y prestar apoyo en el proceso de crecimiento personal de los individuos, tanto niños y adolescentes como adultos, desde una ruta creativa.

Hoy en día es tan potente la fuerza y la influencia de las nuevas tecnologías, que nos invitan y guían continuamente a hacer todo rápido, desde el impulso, mirando hacia el mundo externo más que hacia nuestro interior. Considero que es importante para una buena salud psico-emocional y crecimiento personal del ser humano, el reconocimiento de las emociones, y para lograr estos puntos, siento que la misión del terapeuta es innovar, e integrar nuevas alternativas con conocimientos anteriores, para facilitar que esa persona pueda crear una visión global y contacto genuino con su universo interior, ya que cada persona es un mundo.

Es por ello que creo que para momentos específicos, el uso del WhatsApp en un contexto terapéutico en el cual  se utiliza sin reemplazar al contacto personal, y directo, cara a cara, puede ser una vía o trampolín para ayudar al otro, tanto para salir al exterior sin esconderse tras el teclado, como para establecer y mantener una comunicación más sana. Todo ello guiado por el terapeuta.

Para niños, adultos y especialmente adolescentes esto les es muy útil. Utilizan esta tecnología para relacionarse entre ellos sin necesidad de esfuerzo alguno, sólo dan a una tecla y el emoticono se encarga de expresar de manera sintetizada lo que ellos desean expresar: su posible pensar y desear.

En las sesiones psicológicas con adolescentes, me encuentro generalmente con jóvenes que tienen un gran potencial para desarrollarse, pero que a  día de hoy presentan dificultades para poder identificar y expresar lo que sienten ….. incluso hay niños y jóvenes que llegan las sesiones y son incapaces de mantener un contacto visual, o simplemente no pueden quitar la vista del suelo. Frente a esta situación he utilizado diversas técnicas y he incorporado a modo de puente el WhatsApp,  que increíblemente nos ha ayudado, desde ahí, desde la palabra escrita, desde  las teclas, a establecer una forma de comunicación más directa y sincera, que complementado con otras técnicas, ayudan a esa personita a salir del escondite, descubriendo estrategias propias y necesarias para establecer contacto social, contacto directo con el otro, y para mantenerlo.

¿Para qué sirve con esta generación de niños y jóvenes, que tienden a caracterizarse por contactos breves, desde la impulsividad y atención poco mantenida?:

  • Desde el terapeuta, puede ser considerado como una forma creativa para expresar respeto y aceptación por su forma de posicionarse en el mundo, además de mostrar un interés genuino por querer comunicarse con ellos, con sus herramientas y en su terreno digital, multimedia o cibernético.
  • En sesión, para apoyar y promover el establecimiento del vínculo entre terapeuta y usuario, ya que tienden a ser niños y jóvenes que actúan sintiendo una fuerza flojita para establecer y mantener contacto visual directo, contacto con el otro…se le ayuda a pasar desde esta etapa de manera gradual al cara a cara.
  • El terapeuta debe ser consciente de a quién de entre sus pacientes permite utilizar el WhatsApp fuera de sesiones. Idealmente a uno que respete límites, que esté en un proceso de autocontención que le permita elegir, priorizar e identificar momentos de real necesidad, y que no vaya a sobre explotar el uso de esta herramienta. Además, aprenden a respetar el espacio del otro empatizando: “ hoy es domingo, hoy no trabaja, no es urgente, puedo esperar al lunes”. Aprenden a esperar, a identificar la gravedad de las situaciones y elijen cuándo pedir ayuda, lo que les promueve a la creación interna de estrategias de afrontamiento de situaciones que viven como complejas, y a la vez establecen un baremo de “qué tanto puedo o no sujetarme por mi mismo”, lo cual les va permitiendo, de manera gradual, reflejar cómo van evolucionando en su crecimiento, contención y madurez emocional, como por ejemplo con aquellosque están en proceso de enfrentar sus bloqueos.
  • Si están muy bloqueados puedo utilizar como puente los emoticones, acompañando a que verbalicen lo que quieren expresar por esta herramienta, colocándoles un tono de voz que corresponda y adecuando también la gesticulación facial y corporal de acuerdo a esa emoción expresada.
  • Se trabaja la empatía y el hacerse cargo y responsable de lo que cada uno dice, ya que, es muy fácil enviar un mensaje de texto “olvidando” que hay otro que lo recibe, puesto que no le vemos la cara, podemos “hacer cómo que no pasa nada”. Sin embargo, si aprovechamos en sesión el envío de mensajes por WhatsApp y complementamos esto con que el sujeto que lo envía vea los efectos en directo que ha provocado en el otro (en este caso el terapeuta), contacta de manera conciente en los efectos emocionales, conductuales que ocasionan sus decisiones en un entorno seguro, aprende a resolverlas y a desarrollar nuevas estrategias de enfrentamiento que podrá utilizar en su vida diaria. Lo que le lleva a pensar en las consecuencias de “sus palabras”, en lo que está comunicando y a autorregular sus impulsos.
  • Aprenden a prestar atención al otro y mantenerla unos minutos más ir expresando por texto información de la realidad y el poder contrastarla de manera inmediata, mirando, les hace tomar conciencia del presente, de tocar suelo en el aquí y ahora, en donde están en estos momentos, por ejemplo en caso de ser muy evasivos y dispersos, se les puede traer a sesión con un mensaje de WhatsApp que diga, por ejemplo: “¿te gustan mis zapatos?”, para poder responder, necesita mirar, salir del teclado, escribir la respuesta, volver a salir del teclado y finalmente mirar al otro para tomar conciencia del efecto que provocan sus palabras.

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